El despistaje auditivo de Mariano y Cato
Hoy, en el
departamento de audiología del CPAL, recibimos a Johana, mamá de Mariano (3
años) y Cato (6 meses). Joha es una mamá pendiente del desarrollo de sus hijos
y preocupada por su salud auditiva.
Al nacer Mariano,
Johana ya estaba al tanto de la importancia del despistaje auditivo; cada año, en esta época, le hace su control.
No podía ser diferente con Cato, por lo que hoy lo trajo para que realice su
primer despistaje auditivo.
El despistaje
auditivo es un conjunto de pruebas rápidas y no invasivas que nos sirven para
evaluar el oído externo, medio e interno. Las pruebas que se utilizan son:
- Otoscopía, se usa para revisar la apariencia del canal auditivo. Con esta prueba descartamos la presencia de cerumen o algún objeto extraño que se encuentre en el canal auditivo externo.
- Timpanometría, utilizada para evaluar el funcionamiento del oído medio. Con esta prueba descartamos la presencia de infecciones de oído medio, tan común en la primera infancia.
- Emisiones Otoacústicas, prueba utilizada desde el nacimiento, para evaluar el oído interno. Esta rápida y sencilla prueba nos ayuda a determinar si el bebe escucha con normalidad.
- Audiometría tonal de despistaje, se utiliza a partir de los 3 años, cuando el niño es capaz de colaborar con la evaluación. Con ella podemos determinar que el niño escucha diferentes tipos de sonidos a niveles de normalidad.
¿Para qué sirve el
despistaje auditivo?
El objetivo del despistaje auditivo sirve
para detectar a tiempo, alguna dificultad que pueda presentarse en algunas de
las partes del oído (externo, medio e interno)
que no le permita al niño escuchar adecuadamente los sonidos del medio
ambiente. Alguna disminución en sus
niveles de audición podría ocasionarle dificultades en el desarrollo de la
comunicación, desarrollo cognitivo, desarrollo conductual y socio emocional,
así como el desempeño académico.
Lo recomendable es
realizar el despistaje auditivo una vez al año hasta los 5 años de edad. En el
caso de niños con factores de riesgo (prematuridad, bajo peso al nacer, hipoxia
neonatal, bilirrubina alta, consumo de ototóxicos, historial de pérdida
auditiva en la familia, entre otros) el control debe ser más minucioso (cada 3
o 6 meses dependiendo del caso), sobre todo durante el primer año de vida.
No nos tomamos más de
10 minutos para evaluar a estos lindos hermanitos, y Joha se va contenta y
tranquila porque sabe que sus hijos están escuchando dentro de lo normal. Si
deseas que tus hijos pasen por un despistaje auditivo, puedes visitarnos en el
Centro Peruano de Audición, Lenguaje y Aprendizaje- CPAL.
Equipo
de Audiología del CPAL