Es
el pan de cada día para muchas mujeres. Cuando estamos solteras que para cuando
el novio, cuando tenemos novio que para cuando el matri, cuando estás casado te
preguntan para cuando vas a encargar... Y cuando al fin tienes a tu
bebé...
No
pasan ni 3 horas desde que trajiste al mundo a un ser humano, con las justas
tienes fuerzas para sonreír a todos los que te visitan y empiezan a
atormentarte con el típico y sonado: ¿Y para cuando el hermanito?
¿Perdón?
Excusez-moi? Desculpe? Excuse me? Mi scusi?
No
sé si se les olvidó estimados todos, pero tener un hijo no es tan fácil como ir
a Wong o Plaza Vea y elegir la palta más madura o la lechuga menos aplastada
(Sé que es una comparación fea pero así es como siento que las personas se lo
toman). Noooo pueden preguntar para cuando el segundo si tengo 6 horas de
haberme convertido en mamá.
Desde
que Matias nació no dejo de escuchar este tipo de sugerencias que empiezan por:
•
"Que no se lleven mucho
tiempo": Yo pienso igual, pero con mucho tiempo no me refiero
a que se lleven 1 año como nos llevamos mi hermana y yo. Mi mami se excedió
jaja mis respetos madre! Si yo hubiera tenido a un hijo con el poco tiempo que
me llevo con mi hermana en este momento no estaría escribiendo desde mi casa,
sino desde un manicomio porque el señor Matias vale por 4. Tampoco es que tenga
planeado cuando voy a tener otro o cuando voy a encargarlo. Además, mi hermano
y yo nos llevamos 10 años de diferencia y la pasamos mostro juntos, desde que él
era un bebeshito era mi muñequito y ahora es mi muñecón que me acompaña cada
vez que Diego se va a volar, la pasamos lindo.
•
"Los hijos únicos no son tan
felices como los que tienen hermanos": Es cierto que
muchos hijos únicos dicen que le hubiera encantado tener un hermanito/a, pero
también hay personas con muchos hermanos hubiera encantado ser hijos únicos
(Sin menospreciar a sus hermanos, obvio). La felicidad de una persona no se
puede medir por cuántos hermanos se tenga.
•
Este no me lo han dicho nunca, pero lo he escuchado
muchas veces, "Apúrate que se te pasa el tren": A diferencia
de los otros comentarios, éste me parece biiiieeen mala leche. Encuentro
totalmente venenoso decirle a una mujer que se le pasa el tren.
•
Y el último pero no menos importante, "Para
que armes la parejita": A mí me encantaría tener una mujercita, pero
como también un hombre más. Y si el segundo y el tercero me salen del mismo
sexo que Matias? Tengo que ir por el cuarto y el quinto? Mi Dios! En realidad
no me importa qué va a ser el que viene, ambos tienen su lado lindo. Por una
parte me encantan los hombres porque son fáciles y simples para todo, pero por
otra, me imagino haciéndole colitas y jugando a las princesas con una
mujercita.
Creo
que decidir tener al primer bebé no es tan difícil, porque no sabemos realmente
cuánto esfuerzo y dedicación requiere un hijo. No tenemos idea de lo malas
(Realmente malas) que son las noches, cuánta plata gastamos en las cosas
básicas que necesitan y el tiempo y paciencia que demandan. Cómo voy a tener
otro hijo si apenas estoy criando al primero? Matias aún se despierta 2 veces
en la noche para tomar leche, todavía me pide que lo cargue cuando se cansa de
caminar y realmente, no me siento preparada para tener otro bebé porque quiero
disfrutar al máximo a Matias.
Aquí
les dejo 4 consejos que me parecieron mostros para no dejarse influenciar. Los saqué de
Eroski Consumer:
•
Aclarar la situación con la
pareja: Es necesario que la pareja afronte el tema de la
maternidad con total sinceridad y claridad para evitar situaciones para las que
no se esté preparado. Tanto si es una decisión común, como si es individual de
una de las partes, es importante que exista un consenso real y meditado entre
ambos.
•
Ser sinceros: En
ocasiones, cuando la mujer tiene una pareja y una situación estable, la presión
de los familiares y los amigos se basa en la especulación sobre si hay o no
algún problema para engendrar más hijos, más que en el interés y el apremio.
Para evitar que la presión se incremente, es recomendable ser sinceros y decir
de forma clara y contundente el motivo por el que no se desea afrontar la
maternidad nuevamente, ya sea porque no se está preparado o porque se prefiere
esperar.
•
Imaginar la situación: El
nacimiento de un bebé implica muchos cambios personales e incluso, en algunos
casos, laborales. La mujer ha de evaluar e imaginar cómo podrá afectar la
maternidad a su vida diaria para tomar una decisión basada en sus prioridades y
no en las de los demás.
•
Relacionarse con niños: En
ocasiones, resulta de ayuda aprovechar los momentos que se pasan con familiares
o amigos que ya tienen bebés para evaluar de forma práctica el sentimiento que
despiertan los niños en uno.
En
mi caso, por el momento empezar de cero nuevamente, sólo con pensar en la panza
ya me da pereza. Sí, me muero de flojera, en éste momento no imagino mi vida
así, persiguiendo a Matias con un bebé recién nacido o con una panzota.
Creo que es una decisión súper personal, en la que nadie debería dejarse influenciar,
porque sólo nosotras sabemos cuándo es el momento indicado y si es que así lo
queremos.
No somos
mejores o peores mujeres si decidimos que nuestros hijos se lleven 1, 2, 4, 6
años o si simplemente no queremos tener más hijos. Y eso, es algo que todos
deben respetar.
Fuente de Eroski Consumer: http://www.consumer.es/
Fuente de imagen: www.blogdecine.com
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